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En
la actualidad las empresas exitosas son aquellas que administran con las
personas, no las organizaciones que buscan administrar recursos humanos, porque
eso significa tratarlos como agentes pasivos y dependientes. Hoy
en día las personas son consideradas colaboradores, un poderoso activo tan
importante como la tecnología, haciendo de ellas socios de la organización. Si
queremos ser etiquetados como “empresa exitosa”, debemos crear una cultura que
permita reconocer que las personas ya no son objetos de administración, que la
organización consume o utiliza y que generan costos.
Eso
significa tratarlas como agentes activos y proactivos, seres llenos de
inteligencia y creatividad, con iniciativa y decisivos, con habilidades y
competencias. Por consiguiente, debemos preocuparnos no solo de brindarles un
pago justo o abastecerlos de las herramientas necesarias para que realicen su
trabajo. Nuestros colaboradores necesitan motivación, una gota de inspiración
que les permita poco a poco llegar a un estado de autorrealización.
Cuando
nuestro personal se encuentre motivado, se ve reflejado en como realiza su
trabajo; es cierto, está siendo remunerado para realizar sus tareas, pero por
cuánto tiempo lo va a seguir haciendo. Nuestros colaboradores son nuestros
clientes principales, se imagina; si un cliente interno está contento y
motivado con su trabajo, a cuántos más contagiará con su energía y entusiasmo,
adicional a eso a cuántos de nuestros clientes externos hará feliz. Por el
contrario si es un empleado desmotivado, cuántas ventas podríamos perder,
porque recuerde; vivimos en un mundo en el que preferimos pagar un poco más por
la calidad de servicio que recibimos.
Por
otro lado también debe considerarse que el mercado de recursos humanos se ha
ampliado, permitiendo la subcontratación de servicios con empresas de
outsourcing o en plataformas digitales para contratar personal en diferentes
países, lo que también afecta en el diseño del puesto.
Elementos
tanto valiosos como variados como, los días feriados o de fiesta, la
flexibilidad en los horarios, las vacaciones, los descansos entre la jornada
laboral, por mencionar algunos, motivarán a que un candidato acepte la vacante o decida
optar a aplicar a otra empresa.
Otro
factor importante que puede influir en que las personas apliquen en las
vacantes que la empresa tiene disponible, es el uso de las redes sociales, dado
a que son instrumento popular de todo el mercado laboral. Son diversos los
casos que hoy en día se ven de empleados que se quejan de su trabajo,
reclutadores que han despedido por mensaje de texto, o aquellos que piden
referencias de “x” empresa en grupos de Facebook, principalmente de call
centers que abundan en Guatemala.
Cuando
estas expectativas sociales no se consideran con la importancia debida, la
organización sin duda está creando una baja satisfacción y motivación en los
empleados actuales, así como también generando vacantes difíciles de llenar, lo
que se puede traducir en un entorno laboral de baja calidad.
En
resumen el especialista o encargado en capital humano debe ser de mente abierta
a otras opiniones y percepciones, evitando creer que los demás juzgarán el
puesto y la organización desde el mismo punto de vista que él.
Fuente: Administración
de Recursos Humanos. El capital humano de las organizaciones. Idalberto
Chiavenato, 2007
Administración de
Recursos Humanos. El capital humano de las empresas, William Werther. 2008